
Los pies descalzos y aquel sutil traje blanco. Una pamela de corte juvenil arrastraba su lazo mientras iba formando parte de la mano de ella. Había salido a pasear, a distraerse, a mimetizarse con el mar, a olvidarse de todo y respirar. Respirar profundamente ese aroma salado que tantos recuerdos le evocaba, y miraba esos contrastes de azules, cielo y mar seduciéndola. Era su paseo, su paisaje, su momento mejor del día
© amserrano
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