Con las prisas, y el interés por hacer mil cosas, hemos perdido el disfrutar del sosiego, de la tranquilidad, de la conversación y en esa pérdida hemos dejado de escuchar. Y si a alguien es grato escuchar es a nuestros mayores. Algo que olvidamos con demasiada frecuencia, ellos son fuente de sabiduría y tienen la templanza propia de los que ya han recorrido un largo camino.
Hoy hablando con una persona mayor sobre internet y sobre los jóvenes, me ha dicho, en el tono sereno y dulce que siempre usa:
"A los padres les cuesta mucho educar a sus hijos, las corrientes de fuera son más fuertes, pueden más que la familia."
Aquí lo dejo para la reflexión, para que eso no sea del todo cierto y esas corrientes, aunque existan, nunca sean más fuertes que las de los que les quieren.
Aprovecho desde aquí para homenajear también a otra persona mayor que hoy cumple años. Felicidades.
Y siguiendo, con mi homenaje a los mayores, extiendo dicho homenaje a todos aquellos que se dedican a cuidar de ellos.
1 comentario:
una gran reflexión y gracias por la parte que me toca
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