
cuántos matices perdidos
cuántos sueños ya olvidados
retornan y cobran juicio.
Cuántas sombras que dan luz
cuánta luz que no aprovecha.
Todo mantiene dos caras,
dos luces, una perdida.
Y es, a veces, la luna,
la luna con su frescura
con su salida

cuando duerme la ciudad
cuando ya todo se olvida,
la que hace nacer la luz
la luz que nos ilumina.
© amserrano
Desconozco el autor de las fotografías. La estatua está en Kaunas, Letonia y, como veis, ofrece dos visiones muy diferentes de día y de noche. Observad el toque de magia en el cambio de luz.
Dedico esta entrada a la persona que me ha enviado las fotos, que ha colaborado en iluminar la creatividad dormida de un sábado por la mañana
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